Hace tiempo, me tuve que desenamorar.
Como todo el mundo, alguna vez.
Y solía ver a esa chica, a veces a mi pesar.
Hasta Pronto
Cuando te das la vuelta,
y tu boca me dice “Hasta Pronto”,
tu cuerpo me dice “Adìos”.
Yo me vuelvo a casa,
mi cuerpo se desvanece a cada paso,
y mi alma se encoje.
Me envuelvo en mi manta roja,
y mis paredes amarillas.
Mi cuerpo va llamando,
a sus partes perdidas,
y voy inflando mi alma,
poco a poco,
como una pequeña llama,
a la que hay que proteger.
Por eso ya no te llamo,
ya no te escribo,
ya no te veo.
De vez en cuando,
en algún teatro,
en algún bar,
en algún cine;
apareces a mi lado,
semitransparente.
Con tus labios gruesos,
con tus ojos oscuros,
con tu pelo crespo,
y mis sueños debajo del brazo.
Entonces intento contener mi alma,
para no comenzar a desvanecerme,
para no desaparecer,
para no tener que volver a juntarme.
Por eso ya no te llamo,
ya no te escribo,
ya no te veo.
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