Los domingos en la mañana, la vida pierde todo el sentido.
Una vez liberado de ir a misa, de la resaca, del futbol, de las motos, que me queda.
Ya, ya queda la costumbre urbanita de comprar el períodico e irse a un bar a tomar el café. Pero es que después de estar suscrito a 80 sitios, ya no dice nada.
Pero he sucumbido a esto ultimo, he comprado el País, me he ido a un bar donde solo hay el ABC, solo por provocar. Llego, me pido un cafe con leche, alrededor la gente viniendo de misa, leyendo el ABC, con ropa comprada en El Corte Ingles.
Al rato ha llegado una inmigrante arabe, para tomarse un café, y eso ha sido mucho más provocador que mi miserable periodico, mi barba de 7 días, y mi aspecto de niño fresa, que no acaba de querer serlo.
Así que he pedido un par de cervezas, y he visto como la gente de alrededor ha ido desapareciendo de mi vista periférica, mientras yo hojeaba un periódico, buscando algo que me interesaba y fracasaba. Cuando no quedaba ya nadie, más que el camarero, he subido a casa, y he intentado leer algo, por internet. Pero es que, ¡ni los blogger escriben en Domingo!
Total, tengo que buscarme algo que hacer los domingos en la mañana, lo de volver a ir a misa está cobrando fuerza, para deshacerme un poco de este nihilismo.
dios mío!!!! no caigas, resiste. Todos sufrimos el síndrome del domingo por la mañana. Pero volver no... otra vez no.
ResponderEliminarSé fuerte, pero no vayas a misa.
No te preocupes no lo haré :)
ResponderEliminarVisito a menudo tu bitácora, (y la de Tio Petros), pero es que no suelo saber las respuestas :(