El jueves fuí a ber la Buena Persona de Sezuan, de Bertolt Brecht.
Es una obra triste e inteligente que habla de como a pesar de las buenas intenciones y de la ayuda de los dioses, es muy difícil ser bueno.
A pesar de que se rompio el sistema de luces, y luego volvio a funcionar, que dura 3 horas con descanso y que es terriblemente descorazonadora, vale la pena ir a verla.
En Madrid está en el Teatro María Guerrero (no hay bar :)
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